jueves, 30 de junio de 2011

SI PUEDES CAMBIAR TU CREENCIA, PODRÁS CAMBIAR TU VIDA


Cada día que pasa presto mas atención a los procesos que mi mente hace para interpretar lo que vivo, lo que siento, mis respuestas. Es mucho más sencillo verlo en las reacciones de las demás personas, si, pero trato de ser consciente de los procesos inconscientes que rigen mi vida. No soy una experta pero reconozco que es muy gratificante descubrir que tienes el poder de darle significado a casi todo lo que te pasa en la vida . Dicho de otra manera, los eventos, lo que sucede es neutro, tú le das el significado. Tu haces que eso sea desastroso o alentador. Parece una chorrada, algo insignificante, e incluso algunos dirían que es simplificar demasiado todo. Y además añadirían que entonces tendríamos que aceptar y someternos a todo lo que nos sucede sin poder reclamar nuestros derechos, defendernos de los ataques, de las agresiones. Alto, quieto, parado...te pregunto, si estas molesto o molesta por algo que tu le has dado un significado de agresión, de falta de respeto, de lo que tu quieras y eso te come la cabeza, te roba energía y estas maldiciendo, ¿cuál crees que va a ser tu respuesta?, ¿actuarás con todo tu potencial?, ¿sacarás lo mejor de ti y del otro o por el contrario te enredarás en un conflicto sin necesidad?. Y ya te digo que generalmente hablando no se solucionan las cosas ya que llevas a la conversación el cometarro y los sentimientos y cada cosa que aparece en la conversación la sueles tomar como ataque y ese diálogo se transforma en un ataque y defensa donde nada se puede construir, donde el otro es el que está equivocado, es el otro el gilipollas que tiene que cambiar. ¿Estoy diciendo algo que tu no hayas vivido antes?. Creo que todos y todas hemos pasado por estas situaciones. Y lo curioso es que no sirve el saber lo que tenemos que hacer. Saber no implica poder actuar en consecuencia. Generalmente actuamos inconscientemente, automáticamente porque estamos "programados". Si, ha habido muchas situaciones parecidas en nuestra vida y ya la respuesta es automática, ni la pensamos. Nuetro cerebro dice "esta situación es parecida a esta y automáticamente dispara una tecla y zas, sale nuestro comportamiento". A esto me refiero cuando digo que estamos programados. De hecho si pudieramos ser objetivos con nosotros mismos podríamos ver patrones de actuación, maneras de responder que se repiten una y otra vez ante esta u otra situación. Maneras de funcionar, de responder, de actuar, de decidir. Es por ello que si queremos cambiar lo que nos incomoda, quizá sería más sencillo comenzar por uno mismo, por ser mas conscientes de los procesos internos que ocurren dentro de mi para que luego salga este o aquel comportamiento, esta o aquella reacción.
Te propongo un ejercicio, trata de hacerlo sinceramente y mira si te pede ayudar en algo:
En una hoja de papel haz una cuadrícula con seis recuadros. El primero es donde anotarás el hecho o suceso que te ha molestado,en el segunod recuadro anotas lo que pasa por tu cabeza, cómo lo interpretas, qué te dices, qué piensas sobre lo ocurrido; en el tercer recuador cómo te sientes sobre lo ocurrido en el cuarto, qué hiciste y los dos ultimos recuadros son para la vieja creencia limitadora que la verás clara si regresas al recuadro segundo y por éltimo en el ultimo recuadro, la nueva creencia, la poderosa, la capacitadora, la que te ayudará a poder afrontar ese episodio y otros de una manera diferente. Hazlo con diferentes episodios, sucesos o experiencias que te hayan molestado. Descubrirás que hay una pauta, un patrón, hay unas creencias de las que no eres consciente y se trata de so, de ser cada día mas consciente de  tu propia vida.

Si puedes cambiar tu creencia, podrás cambiar tu vida. Nuestras creencias tienen un gran poder tanto para bien como para mal. Lo que tu creas cambia la experiencia del mundo, de lo que vivas. Nuestras creencias moldean todo, como vemos a la gente y lo que nos sucede. Las creencias adecuadas nos traerá felicidad, prosperidad, etc. Las inadecuadas nos arruinarán la vida:

-1º Datos/hechos .Suceso exterior.Fuera de ti.
Apuntar los hechos de lo ocurrido: Alguien se cuela delante de ti en la cola de la tienda
-2º Creencias/interpretaciones. Pensamientos que ocurren dentro de ti. Cómo lo interpreto. Lo que te dices en tu cabeza. Qué piensa sobre lo que ha ocurrido: -ellos no me ven-ellos no me respetan-ellos no me reconocen
-3º Sentimientos/emociones. Ocurre dentro de ti. Usaremos 5: triste, furioso, contento, temeroso, avergonzado. Cómo te sientes sobre lo ocurrido:Furia o vergüenza o tristeza
-4º Acciones/comportamientos. El mundo interior contacta con el exterior. Lo que haces. Qué hiciste sobre lo ocurrido:-tu les gritas-tu les pides que vayan al final de la fila-no haces nada, y te sientas con tus sentimientos y hablas de ello a todos aquellos que conoces
-5º Vieja creencia limitadora-no soy suficientemente buena (avergonzada)-no puedo hacerlo (tristeza, vergüenza)-nadie me quiere (tristeza)
-6º Nueva poderosa creencia-merezco la pena (contenta)-lo puedo hacer (contenta)-me quiero a mi misma (contenta)



CREENCIAS
Nuestras creencias pueden crear o destruir. Las creencias tienen mucho poder en nosotros. Si tu crees en tu propia capacidad, cada cosa es posible. Así que comienza a dudar de todas las creencias limitadoras que anidan en tu subconsciente que te restan fuerza.

CRENCIAS QUE ME DAN FUERZA

Haz una lista de todas las creencias que te dan fortaleza


CREENCIAS NEGATIVAS QUE ME LIMITAN


¿CÓMO ME AYUDAN ESTAS CREENCIAS POSITIVAS?


¿QUÉ ME ESTAN COSTANDO ESTAS CREENCIAS NEGATIVAS, LIMITADORAS?

¿QUÉ VOY A CREER EN LUGAR DE ESTA CREENCIA LIMITADORA A PARTIR DE AHORA QUE ME DE FUERZA?

¿QUÉ TENGO QUE CREER PARA TENER ÉXITO EN ESTA SITUACION?

¿QUÉ TENGO QUE CREER PARA NO TENER ESTOS RESULTADOS?

NO SON LAS CONDICIONES DE TU VIDA LO QUE LAS MODELAN SINO LAS DECISIONES QUE TOMAS

LOS PROBLEMAS SON SIGNOS DE LA VIDA. LOS PROBLEMAS NO DESAPARECEN, POR LO TANTO, LO QUE TENEMOS QUE HACER ES USARLOS Y TENER UN PROFUNDO PROPÓSITO EN NUESTRAS VIDAS

LOS CAMBIOS SIEMPRE PROVOCAN PROBLEMAS. Pero no son problemas sino retos y LOS RETOS SON NECESARIOS PARA CRECER. Hay dos mundos, el exterior y el interior. No podemos controlar el exterior pero si el interior. Y algo fundamental, LA GRATITUD, sin este ingrediente es poco probable que nada cambie.



QUÉ SUELES PENSAR, DECIR Y HACER HABITUALMENTE ANTE CUALQUIER SITUACIÓN DONDE NO SE CUMPLEN TUS EXPECTATIVAS




Adaptación, flexibilidad, ser como el junco a la orilla del rio en una tarde ventosa, como la palmera que se balancea y no se parte ante los vendavales. Solemos decirlo, comentarlo, intelectualmente lo entendemos pero no lo hemos vivenciado, no lo hemos hecho sentimiento, no lo hemos hecho carne, no lo vivimos de manera que se grabe como experiencia de referencia en cada célula de nuestro organismo. Por eso caemos una y mil veces en repetir malestares, quejas, falta de comunicación, reproches, heridas y un suma y sigue. Quizá hoy es que me faltan al respeto, otro día es que no me valoran como es debido, mañana es que no toman en cuenta lo que he dicho y se saltan a la torera mis indicaciones. Otro día es que esto no se puede consentir, que no hay responsabilidad, que no hay profesionalidad, que nadie se toma en serio el trabajo o que los políticos van a lo suyo, o que siempre es la misma historia, que …la cuestión es que me paso la vida en jaque mate constante sin darme cuenta que me estoy perdiendo el ahora, el momento, el instante y con todas esas quejas y lamentaciones, quizá justificadas, me estoy labrando un patrón de conducta que se repetirá hasta que me muera y luego pediré explicaciones de por qué la vida es injusta, por qué siempre me pasan las mismas cosas. Si aprendemos por repetición, es lógico que nos convirtamos en expertos de sabotear nuestra propia vida por repetición de esas maneras de ver, interpretar, juzgar y sentir cada acontecimiento que la vida nos presenta.
No, no estoy alentando a dejar pasar sin hacer nada. No, se trata de ocuparse en lugar de preocuparse, se trata de tener el mejor estado físico y mental para poder acceder a las mejores respuestas que yacen dentro de ti. Se trata de que aprendamos a reconocer qué procesos internos ocurren dentro de nosotros para que salgan esos comportamientos que no nos dan más libertad sino que nos la arrebatan. Se trata de investigar qué imágenes, sonidos, olores, palabras, gestos aparecen dentro de mi cerebro para que sumando cada uno de esos elementos produzca un resultado con pocas alternativas de respuesta enriquecedoras, capacitadoras tanto para uno mismo como para los que te rodean. Se trata de poder acceder a lo mejor de nosotros mismos y a descifrar los mecanismos que nos hacen operar de forma menos eficaz.
De entrada tenemos que desaprender. Para comenzar decir que no existe ningún fracasado o fracasada. Cada uno de nosotros somos unos poderosos hombres y mujeres de éxito. Sí, porque hemos sido capaces de ser exitosos para reproducir un estado de enfado, de ira, o de depresión, o de desaliento o de frustración. Cada vez que necesitamos ese sentimiento, esa sensación, la reproducimos automáticamente y con una maestría asombrosa debido a la cantidad de ocasiones que la hemos reproducido en nuestras vidas. Y de esta manera tan sencilla vamos acumulando tantas experiencias que se conforman en referencias para catalogar un montón de aspectos de nuestra vida, de nuestra persona, de la gente en general, del mundo, etc. Y con esa catalogación comenzamos a interpretar y percibir las cosas, las personas, la vida, las relaciones, la sexualidad, todo, con el color del cristal que nos han  ido dando todas esas experiencias, todas esas referencias. Se convierte en tu manera de ver la realidad y de ahí siempre saldrá una verdad, la tuya. Y raras veces cuando la confrontamos con la de los demás esa “tu” verdad coincide con la del otro. Lo más peligroso es que bajo esas referencias de las experiencias están todas las creencias que hemos ido configurando y muy pocas han sido elegidas conscientemente. Es por ello que hay que adiestrarse en descubrir qué es lo que yo creo sobre mí mismo, sobre la gente, sobre el mundo, sobre todo lo que me rodea, sobre mis capacidades, sobre mis debilidades, sobre la vida y la muerte… Es fácil buscar tus creencias si analizas las interpretaciones que haces sobre los hechos o experiencias por las que atraviesas en la vida. Y descubrirás qué pautas se repiten si sinceramente desvelas qué es lo que haces ante esos hechos, cómo respondes, qué haces. Porque es sencillo percatarse de que tenemos casi siempre una manera de reaccionar que se repite consistentemente. Hoy te enfadas porque los planes no han sido los que tú esperabas, pero es que ayer te pusiste de la misma manera cuando no te comunicaron algo que tú creías que tenías que saber y hace un mes reaccionaste igual cuando un grupo de personas no entendieron tu postura. Hay un patrón que se repite y del cual no eres consciente. Y al no ser consciente no eres libre ya que actúas bajo una “programación” que se fijó quizá hace mucho tiempo atrás con alguna experiencia que tu percibiste como peligrosa o dañina y aprendiste a defenderte de una determinada manera.
Vale, muy simple, una visión muy simplista, ¿y?. Acaso si te lo adorno con palabras técnicas de psicología tendrán mayor calado dentro de ti, parecerán más importantes y mas verdaderas?. Y añadiré más, cuántas veces has leído artículos preciosos donde te ayudan a tener una visión más positiva de la vida, te plantean que te relajes, que te distancies, que te relaciones, que te diviertas, que disfrutes de la vida y te emocionas, dices que lo vas a intentar y al final acabas cayendo en más de lo mismo. Conocer, saber, no es suficiente, si tu nivel es solo intelectual no habrá cambio alguno, tienes que hacer que todo ese nuevo pensamiento, sentimiento, emoción, visión pase por cada una de tus células, por tus tripas, que lo vivas, que lo hagas tuyo a través de la vivencia. Tienes que dejar que tu niño o niña interior se apodere de ti y quiera experimentar algo nuevo, se atreva a arriesgarse, a probar algo que desconoces sin miedo a fracasar, a parecer estúpido o estúpida, a sacar tus emociones si es que quieren salir, a desnudarse con valentía delante de ti mismo, delante de tus tesoros más escondidos. Es importante abrirse, es necesario para poder avanzar un poquito más en la dirección de tu propia libertad, de poder descubrir el potencial inmenso que hay dormido dentro de ti, para explorar ese inmenso tesoro que posees desde que Dios pensó en ti. Porque todo lo que necesitas está dentro de ti.
 Me discutes que la realidad que tú vives es otra, no la de cuentos de hadas, que vives en un mundo real, de dificultades, de desafíos, de gente envidiosa, de puñaladas en la espalda, de falta de comunicación. Vale, y acaso las películas que te montas tu solito o solita en tu cabeza pueden no ser reales sino una falta de perspectiva y una interpretación poco acertada de lo que tu llamas realidad?. Y verdadero o falso, esa película, esa realidad que tu proyectas una y otra vez en tu cabecita hace que sientas esto o lo otro.  Alguien me dijo que los eventos, los sucesos de la vida son neutros, somos nosotros los que les ponemos el significado. Y cada día estoy más convencida de ello. Y que depende de las preguntas que tú te hagas, marcará una dirección u otra y te hará capaz de tomar decisiones o dejar que las circunstancias o los demás las tomen por ti. No es lo mismo decir “por qué siempre me pasa esto a mi” que preguntase cómo puedo cambiar este resultado, qué necesito hacer para obtener otro resultado diferente. También me dijeron algo interesante  y es que la locura es querer obtener un resultado diferente y continuar haciendo lo mismo que hacías antes, no introducir ningún cambio. Muchos decimos, “ya lo sé, ya lo sé”. Yo lo digo con el tabaco, no me puedo esconder, es obvio, es público. Por eso digo, despertemos, seamos conscientes de que pasa dentro de nosotros, qué hace nuestro inconsciente, cómo maneja las imágenes, los sonidos, las sensaciones, de qué manera las estructura para que esto signifique buen rollo y aquello mal rollo. Cómo he almacenado yo todo lo que es fracaso, miedo, angustia, o amor, felicidad, plenitud. Qué experiencias y cómo están diseñadas para que se almacenen en un baúl o en otro. Qué tecla dispara qué, qué es lo que pasa antes de que yo reaccione así o “asao”.  Qué parloteos hay dentro de mi cabeza cuando me siento poderosa o cuando me siento miserable. Solo propongo que juguemos al juego de ser más conscientes, de tomar las riendas de nuestra propia vida.
Tuve un profesor que lo primero que te decía al comenzar un curso era que escribiéramos algo que iba a ser de profunda trascendencia a lo largo de todo el curso. Y así nos disponíamos. Comenzaba diciendo: “dentro de mi…” y hacía una pausa para terminar “vive un gilipollas”. El comentaba que a menudo nosotros vemos que el gilipollas es el de enfrente, el de al lado, pero que cada cual manejara su propio gilipollas. Tú ocúpate del tuyo y con eso ya tienes suficiente tarea. También nos dijo que en nuestro edificio en la primera planta estaba el gilipollas, en la segunda, el peliculero, en la tercera el doctor “y si” y subiendo y bajando por las escaleras el perro rabioso. Y quería que su curso se llamara “mójate cabrón” pero que no era muy elegante y tampoco le dejaban ponerlo. La cuestión era que para mojarte tienes que entrar en contacto con cosas que no son cómodas y uno se debía preguntar si estaba dispuesto a entrar en contacto con sus limitaciones.
Otra persona que para mí es muy importante suele decir que lo que practicas en privado será recompensado en público. Es decir que si practicas y practicas maneras de ser mas y mas consciente, poco a poco se irán produciendo cambios espectaculares en tu persona. Y este cambio personal e interior te facilitará que observes y contemples el mundo que te rodea de manera diferente. No te rindas si fracasas, se como el hombre que golpea la piedra mas de mil veces hasta que la rompe. No es el último golpe el que rompe la piedra, son los 999 golpes anteriores los que han dejado lista la piedra para que se rompa.
Te voy a dejar con dos creencias que yo estoy haciendo mías y que leí en un libro de Tony Robbins:
-Yo soy la fuente de todas mis emociones. Nada ni nadie puede cambiar cómo me siento, excepto yo mismo. Si me encuentro reaccionando ante cualquier cosa, puedo cambiar en un instante.
-Podemos cambiar ahora. Si puedo crear un problema en un momento, también debería ser capaz de resolverlo con la misma rapidez. Yo soy responsable y nadie más, de mi propio cambio. (Algo tiene que cambiar. Tengo que cambiarlo. Puedo cambiarlo)

jueves, 9 de junio de 2011

SACANDO LAS IMAGENES, SONIDOS, SENSACIONES, OLORES Y SABORES DEMI CABEZA

Cuando regresé para quedarme esa noche, el papa estaba en pleno recorrido por sus recuerdos. Si, desde que le subieron la dosis de morfina comenzó a viajar por sus recuerdos. Madre mía, acompañarlo en sus viajes resultó interesante. Yo le mandaba mensajes a Bego preguntando cómo iba la noche y ella contestaba que estaba pidiendo que le mandaran las cadenas para la bici. Y le contestaba yo, seguramente está en el taller que tenía frente a las escuelas viejas donde reparaba bicicletas. Otra vez decía que llevaran los cerdos al Tomasín. Pues creo que está por la misma época, cuando se casó con la mama, la Juany. Según me ha contado la tía, ellos tenían cerdos. En otras ocasiones comentaba que les pusieran la música a esos niños, que lo estaban volviendo loco. Quizá iba en el autobús de excursión o cuando llevaba a los estudiantes al instituto. Pero también pasó por sus dos accidentes de autobús. Javi  tendrá que sentarse a escribir lo que recuerde de las noches que se quedó con el papa, aunque mucho mejor es grabarlo en video ya que Javi ha heredado la chispa del papa.
Y la noche para el papa se hacía larga, o decir mejor que no veía la hora en que pasaran repartiendo el desayuno. “¿Dónde está mi desayuno? ¿Dónde está mi yogur?”. No había manera de que entendiera que eso dependía de lo que los médicos hubieran marcado en su historial. Se me olvidaba que el día anterior ya había protagonizado un show a cuenta de la comida. Estaban las tías y no sé quien más. Tuvo que venir el médico para explicarle que no era posible aún darle comida, quizá un caldito. No, él quería sopa de garbanzos. ¡Genio y figura hasta la sepultura, manda telita marinera¡. Pues hoy tampoco quería que lo dejaran sin comer algo en condiciones.
Mira, papa, te han hecho una operación que consiste en ponerte una tubería nueva que conecte el estómago con el ano, es decir que lo que comas puedas cagarlo. Y hasta que el médico vea que esa obra de ingeniería funciona adecuadamente, no es posible ingerir alimentos sólidos. El que corta el bacalao es el hombre de la bata blanca, cuando venga se lo dices. Y aclarar que comer, estás comiendo porque todos esos sueros, que están colgando y a los que estás conectado, son alimentos. Ahora pasaran para asearte, cambiarte la cama y hacerte un cambio postural, te mirarán las constantes vitales y te colgarán mas botecitos de comida, medicamentos y calmantes. No lo convencí, me decía que no lo hiciera sufrir. Estaba el hombre con muchas fuerzas y con ganas de mandar, exigir y ordenar. De hecho no solo quería comer sino que lo levantaran, quería ir a su sillón en su casa. No, el alta no, quería ir a su casa. Además me dijo otra cosa: “Maite, estas chicas que me cambian no saben la operación que me han hecho. Me hacen daño y me van a reventar. Se me echan encima y me hacen daño.” Tampoco aquí pude ayudarle, confortarlo. Si que le expliqué que no solo la fuerza es necesario para poder mover un cuerpo tan voluminoso como el suyo. Estas chicas se preparan también en movilizaciones y traslados del paciente y existen ciertos protocolos. Vale, que no todas pueden estar bien formadas y que no todas tienen la delicadeza necesaria y la entrega al paciente. Si, es posible que solo vean en ti un bulto que hay que mover y nada más. Tú tienes no solo la operación sino que tus problemas de cervicales y de la espalda y tu falta de movilidad por el Parkinson dificultan todo y algo de dolor tienes que tener en los cambios posturales o el los aseos. Es inevitable, hay que aceptar ese poquito de malestar. Mi padre y el dolor, dos conceptos que no son compatibles y sin embargo han tenido que ir unidos durante mucho tiempo en su vida. Cada día tengo más claro que la enfermedad es un camino para aprender a conocerte mejor, si es que quieres hacerlo, claro está. Hay un libro muy interesante que se titula “la enfermedad como camino”. No, no estoy hablando de aprender a sufrir pacientemente, de ofrecer a Dios nuestro dolor y rezar, que nada de esto está mal y no pretendo desprestigiar estas maneras de funcionar que tanto bien pueden aportar si las acompañamos con un despertar, ser más conscientes de nuestra propia vida, de que consciente e inconsciente se conozcan mejor y puedan trabajar colaborando mutuamente en el proceso, en el camino, en el propósito de nuestra existencia. Vale, no sigo filosofando, que cuando encuentro un huequito me desato y como sobre el papel nadie me puede cortar o hacer caras o gestos, pues me enrollo que da gusto.
El papa no se quedó conforme, mis argumentos no le hicieron cambiar su postura y lo tuve que dejar solo con las enfermeras porque no te dejan estar en la habitación mientras ellas manipulan al enfermo. Lo siento papa, tranquilo que vuelvo en un momentito. Luego vino el médico y tampoco te deja estar presente aunque luego se reúne contigo para hablar. Y yo hoy tenía muchas preguntas que hacer. Aunque todas las que le hacía al médico, según él, no eran para poder ser contestadas por el médico. Yo solo quería saber que significaba la mejoría de hoy, que quisiera comer, que quisiera levantarse, irse a casa. ¿Estaba superando la operación? ¿Cuánto tiempo estaría en posoperatorio en el hospital?. Al final le dije, ¿si fuera su padre qué me diría?. Y el médico se mojó. “Me voy a mojar”, me contestó, su padre no sale del hospital, no supera el posoperatorio. Vale, eso es una respuesta, con eso yo puedo organizar mis pensamientos, puedo manejar mi situación y también mis hermanos. Tengo siete días por enfermedad de mi padre y mi trabajo esta a miles de kilómetros, no es en el pueblo de al lado, lo mismo mis hermanos. Y si mi padre sale del hospital hay que ver cómo nos podemos organizar, qué decisiones hay que tomar personal y familiarmente. “Su padre entró muy débil en la operación y sigue muy flojito, por otra parte no estamos seguros que el “empate” que le hicimos funcione”, son los mismos datos que nos ha dicho desde que salió de la operación y necesitábamos entender su evolución.

miércoles, 8 de junio de 2011

NO LLOREIS, CANTAD¡

 







Con la incertidumbre de si aguantaría la noche nos fuimos a casa. No lo pasarían a una habitación hasta que sus constantes vitales fueran más estables. Y eso tardó. Pasó el viernes, pasó el sábado y por fin, el domingo al medio día lo pasaron a planta. Eso nos permitía estar más gente con él. Eso nos volvía a dar esperanzas de que quizá saliera de la operación. Aunque la realidad te hacía poner de nuevo los pies en la tierra y volver a escuchar que si sale de la operación, el cáncer no le daría mucho más tiempo de vida. Así que él nos fue dando las pistas verdaderas de cómo estaba la situación.
El me preguntó si Carlos sabía la que se le venía encima. Claro que si, papa. El Carlos y todos sabemos la que se nos viene encima, ¿y tú?. ¿Tienes miedo de morirte?. Me contestó que no. Y me dijo que no llorásemos, que cantáramos. Papa, tú sabes que en nuestra familia nunca hemos hecho un drama de la muerte. Quitando la muerte de la mama, que el dolor era casi insoportable por las condiciones en las que se marchó, siempre hemos podido recordar y hablar de los que se van con naturalidad, recordando sus mejores anécdotas y riéndonos de las situaciones fáciles y difíciles que hemos vivido con ellos. No te digo que no vamos a llorar, que va a ser sencillo decirte adiós, pero eso es natural, es humano. Lo único que tienes que tener claro es que todos tus hijos y tus hermanos están aquí contigo, que no te vamos a dejar solo y que te vayas tranquilo si es que es tu hora porque aquí no queda ninguna cuenta pendiente, todo lo que tenías que hacer ya lo has hecho y hayas sido o no el mejor padre del mundo, tienes el cariño de todos nosotros. Nosotros no te pedimos cuentas. Vete en paz. Y si nosotros no te pedimos cuentas, Dios no creo que te las pida.
El papa poco a poco fue preparando su partida, quería ponerse a bien con Dios. Aunque nosotros tengamos nuestras propias creencias o estemos más o menos cansados de estar todo el día oyendo hablar de Dios y aunque el papa se haya cagado en lo más barrido en muchas ocasiones, ahora sabía que tenía que poner en orden sus cosas del interior, del alma, del espíritu, quería entrar en la casa del Padre que diría el tío y las tías. Una tarde, después de comer, Nacho llamó desde el hospital, que el papa quería hablar urgentemente con la tía porque tenía una conversación pendiente. Ella solo nos ha dicho que lo que le dijo es que no lloráramos y que cantáramos, pero sabemos que algo mas le dijo. Y puedo imaginármelo porque al día siguiente a mi me dijo que lo único que le daba pena es no poder comulgar porque no podía tragar la ostia. Le dije que había muchas maneras de poder hacerlo y aunque solo fuera un trocitito muy pequeñito, eso valía. Más tarde me mandó llamar al tío para que él le diera la extremaunción, que solo le quedaban dos horas de vida. Asi que llamé a casa para que el tío se preparara. Vale, papa, en quince minutos lo tienes aquí.
Mientras aproveché para intentar saber cómo sabía él que se moría. Sólo quería entender qué se sentía diferente a la otra vez que estuvo a puntito de irse y superó el proceso. Él lo sabía y punto pelota, que suelo decirle a él. Así que no insistí más. Él lo sabía y punto. La cuestión es que los minutos se le estaban haciendo horas y se impacientaba. Tranquilo, además ya te la dieron. “¿Cuándo?”, pues antes de entrar en el quirófano, le respondí. No, esa fue muy rápida. Normal, tenían que operarte urgentemente. No, él quería el sacramento con todo su ritual y quería que fuera su hermano. Pues no te preocupes, que aquí lo tienes. Su respiración ya era muy dificultosa y tenía “gorgoritos” en la garganta. Le pusieron un medicamento para corregirlo antes de intentar aspirarle las flemas que es más desagradable. Sin embargo durante el sacramento él fue serenándose y la respiración se normalizó.


martes, 7 de junio de 2011

NOSOTROS TE ACOMPAÑAMOS HASTA LA PUERTA DEL OTRO LADO

"¿Tienes miedo a morirte?", él me contesta que no, lo mismo que contestaría yo. Sin embargo el miedo es inconsciente, por naturaleza tenemos ese instinto de supervivencia, el que te hizo llamar por teléfono para que fuera corriendo porque tenías un dolor de tripas. O cuando Javi te dijo que tenías sangre, inmediatamente dijiste: "no jodas".
No puedo cambiarme por ti, no puedo pasar por ese sufrimiento, esa fiebre que te está consumiendo, solo puedo estar contigo, aquí, dándote la mano, esa mano que arde y que me está diciendo que ya tus órganos  no aguantan más. Ya se que me has dicho que no tienes miedo, pero para ese miedo inconsciente, el que no puedes controlar y que es natural, lógico, te voy a decir qué haría yo, cómo ponerme para este viaje.
¿Has estado alguna vez en el mar?. No sé, creo que a tí, como al Pedro, el agua solo si sale del grifo y el sol bajo techo, no?. Pero por si alguna vez has experimentado la sensación de estar en el mar, tendido boca arriba, con los brazos extendidos, flotando, relajado, dejándose ir, dejándo que el agua te vaya llevando, sin resistencia, totalmente entregado al placer de sentirte tan ligero y desconectado del mundo que es una maravilla. Así es como tienes que estar ahora, así es como yo me pondría para este ultimo tramo del viaje.
"Venga, vamos", le dice mi padre a Dios, que como ya llevamos unos cuantos días, sabemos que significa, dejame ir ya.
"No depende ni de ti ni de mi, el Jefe es él, así que tranquilo, relajado, dejándote ir". Sé que es facil decir todo esto desde el otro lado de la cama, siendo la que sostiene tu mano y no alrevés. Se que el consumirse tan lentamente y los dolores, de los que tanto has huído, no es tarea sencilla. Solo puedo decirte que te quiero, que todos tus hijos, hermanos y familia te queremos, que aquí ya no tienes cuentas pendientes, que todo está zanjado.
No te vamos a dejar solo ni un instante, nosotros te acompañamos hasta el ultimo peldaño de este tramo y seguro que al otro lado habrá mucha gente también esperándote. No, no sabemos cómo y qué nos espera al otro lado. Ya le dije a la abuela que cuando estuviera allá, viniera y nos contara, sin asustarnos, cómo le iba. Ella me dijo: "lo mismo le dije yo a tu abuelo. ¿Tu lo has visto?, yo, tampoco". Asi que solo puedo decirte que el corazón me late que vas a estar mucho mejor que ahora, que te vas a reir a carcajadas cuando te des cuenta que no había que tener miedo al cambio, que el cambio es lo único constante y valioso en este proceso de vivir y morir.
"Ha llamado la tia", le voy diciendo quién llama, quien pregunta por él. "Ha llamado la Bego y el Pedro y el Santi". Y en eso también llama Javi, al teléfono de la habitación. "Espera Javi, que el papa ha abierto los ojos, te lo voy a poner". Y Javi le dice que lo quiere, "te quiero mucho, tu lo sabes. Tengo que trabajar hoy, tu sabes, cosas de la vida, pero que sepas que te quiero un montón...".No sé qué pasaba en ese momento con el volumen del teléfono pero la voz de mi hermano se oía hasta en el pasillo, qué potencia. Asi que le haya pillado la oreja buena o la mala, mi padre escuchó a su hijo decirle cuanto lo quería.
"Me voy a por un cafecito papa que ya no aguanto más, pero esperame hasta que llegue, son dos segundos, vale?"